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SISTEMAS QUANTUM
Con el sistema de biomedición Quantum nos acercamos a medición funcional por
biorresonancia cuántica. Pero ¿cómo puede ser posible?. Para ello tendremos que
avanzar algunos estudios esenciales para poder comprender los principios por los
cuales es posible.
El agua es el principal componente del cuerpo humano, que posee 75 % de agua al nacer
y cerca del 65 % en la edad adulta. Aproximadamente el 65 % de dicha agua se encuentra
en el interior de las células y el resto circula en la sangre y baña los tejidos. Estudios
sobre la naturaleza coloidal del agua biológica o agua cristal (Dra. Esther del Río y
otros,..), las peculiares características del "agua viva", las investigaciones sobre su
capacidad de almacenar información (Benveniste, Masaru Emoto,..) nos acercan a su
peculiaridad cuántica.
El agua absorbe las ondas de torsión y las acumula. Gracias a la estructura del agua, es
capaz de adaptarse a los diferentes tipos de energía, haciendo posible la vida por las
fuerzas de atracción y repulsión que hay entre sus moléculas debido a los puentes de
hidrógeno. Por eso es el solvente universal, porque se polariza. Cuando es positivo,
disuelve negativo y cuando es negativo disuelve positivo. Si tenemos agua destilada en
un tubo y lo protegemos de las energías electromagnéticas a través de una jaula de
Faraday; y medimos la densidad, el pH y las frecuencias de oscilación positivas y
negativas, encontramos otra oscilación que parte del propio agua, diferente a la habitual.
Si a su vez la exponemos en un campo magnético negativo, aumenta la
electronegatividad del hidrógeno predominando las onda de frecuencia negativa sobre la
positiva y aumentando tanto la densidad como el pH a ácido. Si por el contrario lo
exponemos a un campo magnético positivo, disminuye la electronegatividad del oxígeno,
con oscilaciones del campo de predominio positivo y disminuyendo la densidad y el pH.
Una célula, biofísicamente, es un núcleo con información genética, un citoplasma (90%
de agua) y la membrana. El núcleo de una célula está constituido por moléculas de carga
positivas, negativas y neutras; siendo la carga electromagnética neta del núcleo positiva.
El citoplasma es de carga negativa con variaciones de carga según cambia de estado (sol
y gel) al ser de estructura coloidal y para favorecer los intercambios necesarios de
equilibrio celular a través de la membrana (eliminación de deshechos, incorporación de
nutrientes,..). La membrana está constituida por una matriz bipolar con una barrera
lipídica (carga neutra), y proteínas con alternancias de polaridad ; siendo que la carga
electronegativa neta de la membrana debe mantenerse cero; es decir, según el medio
extracelular. Hacia el exterior celular la membrana es hidrofílica porque todo lo que entra
en una célula entra disuelto en agua; y hacia el interior es hidrofóbica en un elevado
porcentaje (entre el 70 - 90%) de acuerdo a la función biofísica que cumpla la célula. La
célula del tejido cardiaco tiene una hidrofobicidad del 90% pero las del renal tiene una
hidrofobicidad hacia el interior del 70% para evitar la deshidratación.
El cuerpo humano es un conjunto pluricelular diferenciado. En el proceso de división
celular se generan cambios en la bioelectricidad y se generan ondas electromagnéticas.
Se emiten diferentes ondas según el tipo celular y su estado de salud. Este estado de
salud puede ser analizado en cuanto, las señales electromagnéticas que emiten las
células, puedan ser analizadas.
El método es muy similar al utilizado por los radiotelescopios. Se emiten barridos de
ondas a los cuerpos celulares y se analiza la señal recibida. Las investigaciones
realizadas en la URSS durante más de 50 años han demostrado los patrones de
biorresonancia celular normales y los anormales. Los parámetros obtenidos en
biorresonancia cuántica compara esos datos y da los valores de salud celular medidos.
Según la medicina cuántica, la primera razón por la que el cuerpo enferma es debido a
cambios electromagnéticos en la estructura eléctrica de la célula.
Las alteraciones del campo electromagnético que nos rodea, la alimentación acidificante,
etc, puede hacer que la electronegatividad celular disminuya hasta un 80%, alterando el
equilibrio celular a más negativo e influyendo en los procesos de transcripción de los
genes y a su vez en la formación de moléculas de variada inestabilidad bioquímica.
Cuando la electronegatividad llega al 60%, la inestabilidad bioquímica produce la
activación de genes poco habituales como los proteoncogenes que producen péptidos
carcinogénicos (generadores de cáncer).
Hay tantas enfermedades como desequilibrios del metabolismo celular; y cada
desequilibrio corresponde a un patrón de frecuencias de oscilación diferente, como ya
estudiaron diferentes investigadores tales como: Rife, Flyborg; F.A. Popp y M- Kobayashi
("Biología de la luz y comunicación celular"), L.C. Vincent (medición de microcorrientes
biológicas), H. Frothlich (Supraconductividad cuántica. Oscilaciones dipolares de las
membranas celulares); Y.E.Andreyev, Bely y Sitko (Frecuencias características del cuerpo
humano); Sheldrake, Moss y Mandell (campos morfogenéticos, patologías y disfunciones
bioeléctricas); así como las investigacionesd sobre campos de ondas coherentes
realizados por el Centro de Biofísica Celular Kaiser Lautern.
La física clásica analiza el resultado de las dos primeras densidades del campo cuántico;
y las fuerzas resultantes (magnetismo, etc) son la expresión de las interacciones directas
entre ambas densidades. Si las alteraciones entre ambas son capaces de producir
alteraciones bioquímicas y genéticas ( a nivel biofísico) , imaginemos las influencias que,
en densidades más bajas o físicas, tienen los movimientos de partículas que interactúan
en las diferentes densidades del campo cuántico.
Las células del cuerpo tienen una frecuencia de resonancia concreta, que varía según el
tipo de célula. La frecuencia de una célula en particular no varía, aunque sí que puede
variar su amplitud, es decir, la magnitud de su oscilación u ondas. En otras palabras, los
herzios no varían, pero la longitud (amplitud) de las ondas puede ser más o menos
grande.
En un cuerpo sano, la amplitud de la frecuencia de resonancia de sus células está en un
estado óptimo, su estado natural. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo esa
amplitud disminuye a causa de la mala alimentación, la contaminación, el estrés, las
ondas nocivas de los aparatos electrónicos e incluso las vibraciones negativas
producidas en nuestras sociedades. Cuando la amplitud de la vibración (o frecuencia de
resonancia) de las células disminuye, las toxinas pueden acumularse en el cuerpo y este
pierde vitalidad, su sistema inmunológico se debilita siendo menos capaz de neutralizar a
los patógenos, y se pueden desarrollar enfermedades.
El QUANTUM es un sofisticado sistema de biofeedback basado en el conocimiento de la
dinámica fractal y la teoría subespacial que mediante un sistema multisecuencial permite
recoger la información bioenergética de resonancia celular del cuerpo a través de
múltiiples canales simultáneos, ofreciendo infinidad de datos sobre el estado de una
persona. Es capaz de detectar carencias o desequilibrios funcionales.
Basa su funcionamiento en los postulados básicos de la teoría de la lógica de entropía
cuántica de Theodore Van Hoven.
Escanea el cuerpo entero
buscando y detectando
desequilibrios y bloqueos.
Esta información nos ofrece una
mejor visión de nuestra salud
actual, asi como disfunciones y
necesidades del organismo.
También obtenemos
conocimientos de las posibles
tendencias para poder prevenir
que el desequilibrio corporal
llegue a su desarrollo.
Este sistema es NO INVASIVO y
no tiene afectos secundarios. Su
objetivo es detectar y mantener el
perfecto balance corporal.
QUANTUM RESONANCE SYSTEM